miércoles, 27 de junio de 2012

El valor de la escritura

Esta semana la portada del diario alemán "Bild" se ve una noticia cuanto menos preocupante.
Cada vez menos adultos, y también menos menores,practican la escritura.
Es evidente que la sociedad de la información en la que vivimos avanza, y por lo tanto, los usos y costumbres también lo hacen. Cada vez más, usamos los sms, los mails....pero por desgracia, cada vez menos, la escritura, la caligrafía.

Reducir una buena caligrafía, el tener una capacidad de redacción adecuada, y sobre todo, sin faltas de ortografía, ( no olvidemos que cuando se escribe en un ordenador o móvil hay autocorrección ), hace que la ley del mínimo esfuerzo impere. Y esto es lo preocupante. Sobre todo con los menores.

Es fundamental en el desarrollo intelectual y formativo del menor, el inculcar el valor del esfuerzo. Algo que a lo largo de su vida, sin lugar a dudas, tendrán que utilizar. Este ejemplo de la escritura es una muestra, podríamos decir incluso que la punta de lanza.
Cuando desde la fundación damos formaciones sobre uso seguro y responsable ante las nuevas tecnologías, vemos claramente como los menores disculpan sus faltas de ortografía, o su mala escritura, diciendo que al fin y al cabo, no van a tener que escribir bien nunca, puesto que en el ordenador no se verá si escriben mal o bien.

En parte no les falta razón, pero, ¿ Porqué no utilizar la escritura como una forma de educar?. Para escribir bien hacen falta tres elementos fundamentales: leer mucho,no cometer faltas de ortografía, y ganas de contar historias.
Si se dan estas tres premisas, todos podemos escribir. Tal vez no para vender novelas, pero si lo suficientemente bien como para comunicarnos con el exterior. Y de eso se trata.

En muchas ocasiones nos encontramos con padres preocupados con que sus hijos están cada vez más aislados. Prefieren chatear o jugar con el ordenador que salir a jugar al parque. El fomento de la escritura, y por lo tanto de comunicarse, es una magnífica manera de "crear" valor.

Cualquier oportunidad es buena para que en la educación de los menores ante las nuevas tecnologías intentemos inculcar valores. Se trata de echarle imaginación, pero sobre todo se trata, de que la cultura del esfuerzo, también la pongamos en práctica los que educan, padres y profesores, para que al final, los menores hagan del esfuerzo por mejorar, una parte fundamental de su desarrollo.