La “brecha enorme” existente entre lo que hacen los menores y lo que saben los padres encuentra un ejemplo en el desconocimiento del 85 por ciento de los progenitores de que la mitad de los jóvenes han accedido en alguna ocasión a contenidos inapropiados, tales como violencia, sexo, terrorismo, o a mensajes procedentes de sectas o que se refieran a trastornos alimenticios.
Así lo ha asegurado hoy el gerente del Observatorio de Seguridad de la Información del Instituto Nacional de Tecnología de la Comunicación (INTECO), Pablo Pérez, durante su participación en el Hostal San Marcos de la capital leonesa en el Foro Quevedo, organizado por la Agencia Efe y la Asociación de Periodistas de León, en colaboración con Paradores de Turismo.
Para Pérez, es necesario que los padres se interesen y conozcan el funcionamiento de los lugares de Internet en los que sus hijos pasan más tiempo, como es el caso de las redes sociales, y que acoten su utilización a través, por ejemplo, de la prohibición de publicar determinada información o de poner a disposición de sus usuarios fotografías.
Si bien es sabido el desconocimiento de los padres de Internet y del uso que sus hijos, los “ciudadanos digitales”, hacen de él, muchas veces no se cae en la cuenta de que los propios menores son “muy inexpertos” en la utilización de una herramienta tan potente, en la que cualquier comentario inadecuado que realicen puede propagarse con mucha facilidad e, incluso, acarrearles consecuencias negativas.
En el mismo foro se comentó que los jóvenes poseen menos visión de la que se piensa y son vulnerables a ataques al proporcionar información en todo momento sobre dónde están y sobre qué están haciendo.
Aunque redes sociales como Facebook permiten que los contenidos que suban a ella los menores sólo sean vistos por sus contactos en la página, su ámbito de difusión es elevado, pues en determinados casos estos jóvenes tienen setecientos u ochocientos “amigos”.
Estas amenazas a la privacidad, junto con el acoso entre menores o “ciberbullying” y el abuso por parte de adultos que enajenan al niño con objetivos sexuales son algunas de los riesgos más comunes en Internet, los cuales los padres deben ayudar a prevenir y, en caso de producirse, tomar conocimiento sobre ellos.
Una de las disyuntivas que han surgido respecto al control parental es la que se refiere a dónde comienza la libertad que la Ley del Menor concede a los jóvenes y dónde lo hace la obligación de los padres de velar por la educación de los hijos, ha advertido el coordinador de los Fiscales de Menores de Castilla y León, Avelino Fierro.
A la hora de tomar cualquier medida, los padres han de ser conscientes del arraigo que Internet tiene entre los menores, algo que se demuestra en una encuesta elaborada por el Observatorio de Seguridad de la Información del INTECO en la que se precisa que el 75 por ciento de los niños no serían capaces de renunciar a algo tan importante en su día a día y para su ocio y su sociedad, como Internet, ha concretado Pérez.
En este mundo que ha pasado de definirse como virtual a ser considerado como una parte importante de la vida real, se produce una convivencia entre los usuarios de la que, en no pocas ocasiones, emanan problemas.
Es el caso de determinados foros o canales de participación, en los que los comentarios que los usuarios realizan sobre un partido entre los tenistas Rafael Nadal y Roger Federer pueden degenerar y terminar refiriéndose a una polémica entre nacionalismos, ha sostenido Flores.
En esta red de millones de usuarios, la tolerancia y la capacidad de convivencia se antojan como valores necesarios, ha afirmado en un foro al que han asistido, entre otros, el subdelegado del Gobierno en León, Francisco Álvarez, y la decana del Colegio de Economistas de León, Nuria González.
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