Según un reciente estudio elaborado por la firma de seguridad informática AVG, en Estados Unidos, el 60% de los padres de adolescentes, cuyas edades van desde los 14 a los 17 años, admitió haber revisado los perfiles en Facebook de sus hijos, sin que ellos supieran que eran el objetivo de sus "operaciones detectivescas".
A nivel mundial la cosa no difiere mucho, ya que la preocupación de los padres por sus hijos no conoce de países ni fronteras. Este mismo estudio, que tuvo como escenario 11 países en total, el 44% de los padres contó que realizaba esa acción con sus hijos adolescentes, y el 21% admitió haber visto mensajes con contenido explícito en los perfiles de los menores.
Es evidente por lo tanto que a los padres les preocupa cada vez más lo que sus hijos hacen en las redes sociales.
Son miles los menores de 14 años que mienten sobre su edad para abrir un perfil en Facebook. Esto lo vemos constantemente cuando damos formaciones en colegios e institutos.
Cabe recordar que la Ley española de Protección de Datos de Carácter Personal obliga a las redes sociales a denegar el acceso a los niños y niñas menores de 14, ya que no permite recabar datos de menores de esta edad sin el consentimiento de sus padres o tutores.
También, y esto debería invitar a la reflexión, hay muchos padres que consideran algo totalmente "normal", que sus hijos mientan en la edad para poder tener su perfil, ya que como ellos mismos dicen, " si otros chicos lo tienen y lo hacen, mí hijo no ha de quedarse fuera". Es decir, dicho sin ambages: se ampara la mentira.
Nos consta que redes sociales como Tuenti ,hacen todo lo posible para verificar la edad de los menores que se conectan, tanto solicitando verificación de la edad en caso de que haya dudas de la misma, como eliminando fotos que no consideran adecuadas para la red. E incluso Tuenti va más allá, y aún cuando el menor supera los 14 años, si el contenido es no apto para menores de 18 años, el menor no podrá acceder al mismo.
Lo que pretende Facebook uniendo perfiles de padres e hijos, es desarrollar controles parentales que permitan a los pequeños utilizar la red legítimamente y no crear un sitio separado sólo para niños.
Las nuevas herramientas ofrecerían a los padres la posibilidad de aceptar o denegar las solicitudes de amistad y de decidir si los menores pueden utilizar o no determinada aplicación. Es decir, sería de facto, una manera de que los menores utilizaran esta red social, pero en todo momento bajo la supervisión paterna.
Desde la Fundación Maia y sobre todo basándonos en nuestra experiencia con adolescentes, dudamos mucho de que este método sea eficaz. No nos engañemos, los menores quieren usar, en su amplia mayoría , las redes sociales como una forma de comunicación, pero sobre todo, como una manera de expresarse con total intimidad, lejos de miradas, digamos " indiscretas", de sus padres.
Por lo tanto, el método más eficaz es la formación en uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías. Los menores deben aprender que deben utilizar las redes sociales con responsabilidad; saber utilizar las imágenes con inteligencia, y sobre todo, activar el máximo de privacidad.
En nuestras formaciones, tanto a padres como a educadores, siempre les decimos que se trata de prevenir, no de cotillear, se trata por lo tanto de explicar a los menores que los valores deben aplicarse también en Internet, pero para ello, debemos enseñarles valores. Tolerancia, respeto a los demás, veracidad, etc. Este es el único modo de que usen las redes sociales bien.
El verano es el momento perfecto para que pasemos más tiempo con nuestra familia. Usar las redes sociales para colgar las fotos vacacionales puede ser la excusa perfecta para que, en familia, le expliquemos a los menores como pueden ser más responsables.
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