Hace unos días, pudimos tener una multitudinaria formación sobre uso seguro y responsable ante las nuevas tecnologías con alumnos de entre 11 y 14 años de un colegio de Madrid.
En ella hicimos una de las preguntas que siempre hacemos: ¿ Cuantos de vosotros tiene teléfono móvil?, la respuesta, a mano alzada, fue rápida: más del 90% de ellos poseía móvil.
Cuando les preguntamos que si lo llevaban en ese momento, todos, aunque con cierto recelo puesto que en el colegio no les permiten utilizarlo, te contestaban que si.
Es decir, tienen móvil, cuando en el colegio no se les permite, pero ellos lo llevan, "por si acaso"....
No hay que negar la evidencia: cada vez más los menores usan el teléfono móvil, y no sólo eso, cada vez más jóvenes. Estamos hablando de 11 años sólo.
Un estudio que acaba de salir en USA dice que "los SMS ya son la principal vía de comunicación de los menores en Estados Unidos". El 75% usa los SMS como principal vía, mientras que las llamadas de voz, van decreciendo. Es evidente la importancia que para ellos tiene en sus relaciones sociales el móvil. Habría que preguntarse, cuanto de necesario es que un niño o una niña de 11 o 12 años, tenga móvil.
En este mismo estudio, el envío de mensajes de texto es mayoritariamente un hábito masculino, aunque las chicas más mayores siguen superando a todos y envían en torno a 100 mensajes al día (el doble que los chicos de su edad). Si, hemos leído bien, 100 mensajes al día.
Estos datos, aunque son en un país donde la tecnología está mucho más popularizada, nos da una muestra inequívoca de la importancia que tiene para los menores la comunicación vía móvil.
Es evidente que el móvil es un gran invento. Nos permite hablar desde cualquier lugar, siempre que haya cobertura para ello, de forma rápida y sencialla. Aplicaciones como Whatsapp y Messenger facilitan que esa comunicación sea mucho más económica, pero en cualquier caso, estamos hablando de un mínimo de 38€ por móvil, y eso sin hacer muchas llamadas al día.
Cuando decidimos que nuestros hijos lleven móvil debemos valorar siempre la conveniencia o no del uso del mismo. Y sobre todo, debemos tener en cuenta, si el móvil estará permitido en su centro escolar, puesto que si no es así y nosotros le damos permiso, estaremos haciendo un flaco favor a las normas de los colegios.
En definitiva: no hay que poner puertas al campo, ni negar que el móvil, los sms, etc. es algo que forma parte de la vida de todos, también de los adolescentes. Pero antes de que nuestro hijo lleve un móvil, debemos pararnos a pensar en si realmente es necesario que lo lleve, si realmente el menor es responsable para llevarlo, y en los tiempos en los que estamos, realmente estamos dispuestos a correr con un gasto más. Parece mentira, pero para muchos padres, este último supuesto es el definitivo para decir si o no a nuestros hijos.
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