lunes, 16 de enero de 2012

El ciberacoso: un problema de todos

Antes, cuando un niño era de otra raza, llevaba gafas, o era gordito, tenía todas las papeletas para que en el patio del colegio sufriera todo tipo de insultos y vejaciones.
Era frecuente que su bollo del desayuno desapareciera, que fuera excluido de los juegos, y que en algunas ocasiones tuviera que correr a la salida de clase para evitar que le esperaran para seguir insultándole camino de casa.
En muchas ocasiones el niño o la niña callaba y poco a poco se iba haciendo más retraído. Su angustia y frustración iba en aunmento.

Su situación, podía empeorar ya que si se lo decía a sus profesores, sería tachado de chivato, y en muchas ocasiones estos mismos profesores, considerarìan estas situaciones como " propias de chavales de su edad", y por lo tanto su situación de desamparo era aún mayor.

No nos engañemos, los niños se pelean o discuten. Pero cuando siempre los ataques se producen contra el mismo, liderados por alguien de la clase, podemos hablar de acoso.
Afortunadamente, de unos años a esta parte la situación en algunos centros, ( no en todos ), ha mejorado. Y se han ido poniendo medidas para detener el acoso escolar.

Pero las cosas han cambiado, el acoso o el linchamiento del niño o la niña ya no es como antes. Aunque tal vez no sea tan evidente en clase, éste se ha trasladado a un sitio mucho más peligroso por la rapidez con que se propaga, y sobre todo, porque se queda allí mucho más tiempo: Internet.

Según una encuesta realizada por Ipsos/Reuters , más del 10 por ciento de los padres de todo el mundo aseguran que sus hijos han sido acosados por Internet, casi uno de cada cuatro conoce a un menor que ha sido víctima de ciberacoso o ciberbullying
"Los datos muestran claramente un deseo en los ciudadanos de todo el mundo de que se establezca una responsabilidad específica para el ciberacoso", dijo Keren Gottfried, responsable de la empresa que llevó a cabo la encuesta.

"Pero, añadió, el que las escuelas estén o no a la altura está en manos de los educadores". La encuesta online entre más de 18.000 adultos en 24 países, 6.500 de los cuales eran padres, demostró que el vehículo para el ciberacoso del que más se tenía constancia eran las redes sociales como Facebook, citadas por un 60 %.
España y Francia, según este estudio, eran de los países en los que se tenía menor constancia de que se produjeran casos de ciberacoso. Pero eso no significa que no se produzcan.
También hay que incidir en que, aunque en este estudio se cita a Facebook como la principal vía de ciberacoso entre las redes sociales, hay que pensar que Tuenti es la principal Red Social entre los menores españoles, y su presencia en otros países, es mínima. Pero el acoso no sólo se produce en las Redes Sociales, también la proliferación de los chats y de los móviles, ha hecho que muchos menores también sean acosados a través de estos medios.

¿ Qué podemos hacer para detener el ciberacoso ?

En primer lugar denunciarlo. Sin ambages. De forma clara. El menor acosado tiene que sentirse protegido. Cuando desde la Fundación Maia damos formaciones en colegios sobre uso seguro de las nuevas tecnologías, no nos cansamos de repetir que si tienen cualquier problema,por mínimo que sea, se lo digan a sus padres, profesores, a un adulto. A nosotros mismos. Que lo denuncien. Esto es fundamental: el niño o la niña han de sentirse protegidos y deben tener la seguridad de que no están solos.

Por supuesto, los profesores deben de estar muy atentos a lo que sucede en sus aulas y patios, pero también en las redes sociales, ya que , de su buen hacer, dependerá que se pueda parar a tiempo los abusos. Y cuando se enteren de ello, deben castigar de la manera adecuada a los agresores.

La sensación de impunidad con la que en muchas ocasiones se sienten los menores, es la clave para que sigan actuando. Por lo tanto, si ponemos los medios adecuados, podremos parar el ciberacoso. Son muchos los profesores que nos comentan que se crean perfiles en Tuenti o Facebook y añaden a alumnos para poder ver cómo actúan. No se trata de vigilarles. Se trata de protegerles. Y una medida como esta puede ser muy inteligente y adecuada.

Cuando se produzcan estos casos de ciberacoso, los padres deben ser informados convenientemente, tanto de las medidas que se van a tomar para proteger a su hijo, como para castigar a los que están acosando. Y esta parte es muy importante. El menor debe sentirse protegido siempre, y más con sus padres,¿ si pierden esto, a quién acudirán ?.

Pero nos engañemos, la clave para evitar y detener tanto el acoso en las aulas como el ciberacoso es educar a los menores en valores. Algo que desde la Fundación Maia no nos cansamos de repetir. Valores como el respeto a los demás,la tolerancia, etc., son sin duda fundamentales para que no se produzcan estos casos.

Y esto, tal y como se comenta en la encuesta de Ipsos, es responsabilidad clara de los educadores. Tanto padres como profesores, deben preocuparse y poner los medios para transmitir estos valores, fundamentales en el desarrollo del menor, que luego les servirán en su vida adulta. Se trata de hacer que los menores sean más felices. Pero siendo bien educados serán mucho mejor personas ¿al fin y al cabo, no se trata de eso?.





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